Debemos ser extremadamente cuidadosos con las comidas. En los primeros momentos tras la cirugía se debe por tanto evitar la ingesta de alimentos sólidos como el pan, el arroz, la pasta y la carne. Se debe seguir una dieta líquida y/o triturada durante los primeros días, para evitar la sensación de dificultad al paso de alimentos que se puede percibir tras la intervención. Recordemos que la cirugía supone efectuar un “nudo” con el estómago alrededor del esófago. Si a esto le añadimos la inflamación que ocasiona el acto quirúrgico, resulta evidente que los primeros días el paciente puede percibir alguna dificultad con la ingesta.
Debemos masticar los alimentos de manera adecuada y exhaustiva antes de proceder a la ingestión de los mismos, por tal de disminuir la consistencia de los mismos a su paso por la funduplicatura. Una vez que ha pasado una semana, y tras confirmar con su médico que la dieta líquida y/o triturada le pasa perfectamente a nivel de la unión esofagogástrica, se debe progresar la dieta hacia una consistencia más blanda de los alimentos. De manera paulatina y en función de la facilidad para ingerir los alimentos, el paciente irá progresivamente avanzando hasta poder ingerir correctamente una dieta normal.