Abrir una botella, escribir en la computadora o simplemente cargar una mochila pueden convertirse en un reto diario cuando se sufre de tendinitis de codo, también conocida como epicondilitis lateral.
Lo más frustrante para muchos pacientes es que, aunque el dolor no sea incapacitante, es persistente, incómodo y lento de mejorar.
Con el tratamiento adecuado, la recuperación es posible, duradera y sin dejar secuelas.
La tendinitis de codo, también conocida como epicondilitis, es una inflamación o microdesgarro de los tendones que se insertan en la parte externa del codo.
Aunque se le llama “codo de tenista”, también afecta a personas que no practican deportes, como oficinistas, técnicos de computación, dentistas y músicos.
El dolor en la parte externa del codo al mover la muñeca o girar el antebrazo es uno de los síntomas clásicos.
La causa más común es el uso excesivo o movimientos repetitivos, la mala postura al trabajar o entrenar y la falta de fuerza muscular en el antebrazo.
El reposo relativo, no inmovilización total, es la primera opción de tratamiento.
El dolor en la parte externa del codo al mover la muñeca o girar el antebrazo es un síntoma común en pacientes con epicondilitis.
El tratamiento conservador, que incluye ejercicios y fisioterapia, suele ser suficiente, y la mayoría de los pacientes mejora sin necesidad de cirugía.
En la mayoría de los casos, la tendinitis se cura sin necesidad de cirugía.
Cuando el dolor persiste tras varias semanas de tratamiento, se puede indicar infiltración con corticoide o plasma rico en plaquetas.
La mayoría de los pacientes que sufren de epicondilitis lateral mejoran sin cirugía.
El uso de órtesis o cintas funcionales puede ser útil en las fases de mayor dolor.
La inflamación de los tendones que se insertan en la parte externa del codo puede causar dolor e inflamación en la zona.