Si tu trabajo no implica esfuerzos físicos, podrás reincorporarte en una o dos semanas.
Para actividades más exigentes —deporte, carga de peso o tareas manuales intensas— recomendamos esperar entre 4 y 6 semanas.
Durante este tiempo, la malla implantada se integra en tu organismo, reforzando la zona operada.
Te guiaremos paso a paso para que puedas retomar tu vida normal con seguridad.
En la mayoría de intervenciones que realizamos, ya sea por laparoscopia o con el sistema Da Vinci, el paciente puede volver a casa en el mismo día.
Mantenemos un periodo de observación de 4 a 6 horas tras la cirugía, y si todo va correctamente, se otorga el alta sin necesidad de ingreso hospitalario.
Solo en casos complejos o hernias muy grandes consideramos pasar la noche en la clínica.
Además, fomentamos que te levantes y camines suavemente desde el primer día: moverse ayuda a evitar trombosis y acelera tu recuperación.
La zona operada irá cubierta por apósitos que debes mantener secos las primeras 48 horas.
Te explicaremos todo el proceso de curación y te daremos pautas para ducharte y mantener la herida limpia, vigilando signos de infección como enrojecimiento, calor o secreción.
Tras la intervención, agendaremos varias revisiones: la primera a los 7-10 días, y otra al mes.
Evaluamos la evolución de la herida, tu nivel de actividad y la integración de la malla.
Sigue nuestras indicaciones al pie de la letra, incluso si te encuentras bien.
Cuida la herida con higiene y observa signos de alarma.
Evita cargar peso o hacer esfuerzos abdominales durante las primeras semanas.
Mantén una dieta rica en fibra para evitar el estreñimiento.
No fumes: el tabaco dificulta la cicatrización.
Usa faja abdominal si te lo indicamos, pero siempre bajo nuestras instrucciones.
Ten paciencia y confianza en tu recuperación.
Cada día estarás mejor.