No se menciona explícitamente cuándo no se recomienda la fisioterapia, pero se puede inferir que solo se consulta a los fisioterapeutas cuando el problema ha escalado demasiado, complicándose a su vez el tratamiento del mismo. La mayoría de personas piensan que solo es necesario acudir a un especialista en fisioterapia y rehabilitación cuando un determinado problema supone un gran impacto en el desarrollo normal del día a día o cuando el dolor es altamente incapacitante. Es muy frecuente que en nuestro día a día adoptemos posturas o realicemos movimientos que tiendan a causarnos problemas, por ejemplo, en la espalda. En este caso, el papel del fisioterapeuta no solo será el de ayudar a mitigar los efectos de dichas posturas, sino que nos podrá enseñar pautas para evitar una recidiva.