La mejor terapia para la lumbalgia es mantener un adecuado peso corporal.
Esto va a evitar una sobrecarga sobre unas estructuras vertebrales a veces degeneradas.
Se recomienda consultar con el médico, quien le ayudará con unos consejos dietéticos, ya que no es necesario seguir una dieta especial, sólo baja en calorías.
Además, se recomienda caminar.
También puede ser útil la fisioterapia.
El fisioterapeuta, además de conseguir con sus técnicas una mejoría del dolor, debe ayudar a identificar los “malos hábitos” y las “situaciones conflictivas” del entorno cotidiano y así conseguir su corrección.
En determinadas ocasiones se deberá llevar a cabo sesiones de psicoterapia y/o Terapia Cognitivo Conductual, especialmente cuando el dolor sea de larga duración y conlleve algún grado de discapacidad.
Realizar ejercicio es también encaminado a reforzar la musculatura lumbar y abdominal.
Se trataría de realizar sencillos ejercicios para poder realizar en casa o practicar disciplinas como Pilates, Tai Chi, Yoga, Aquagym… siempre en función de cada paciente.