La mayoría de las veces, los problemas de mandíbula se resuelven por si solos en semanas. Pero en ocasiones precisan de tratamiento, con férula de descarga y/o farmacológico. Calor Húmedo: Un paño húmedo y caliente, una ducha de agua caliente, etc.. puede mejorar la movilidad de la mandíbula y reducir el dolor al dilatar los tejidos articulares. Ten cuidado de no quemarte. Las bolsas de frío pueden disminuir la inflamación, reducir el dolor y promover la curación. No debes de aplicar la bolsa directamente sobre la piel, envuélvela en un paño. La combinación de frío y calor en cada 15 minutos durante una hora, en casos más agudos puede funcionar mejor en casos agudos. Dieta blanda: Cuando tienes un esguince de tobillo, al principio evitas caminar y el medico te dirá que reposes, pues es lo mismo. Dieta blanca, y evitar alimentos pegajosos, duros y/o crujientes, dejarán tu articulación en reposo, permitiendo su recuperación. Malos hábitos: Comerte las uñas, mascar mucho chicle, comer pipas todos los días, cascar las patas del marisco con la boca,…. te suena de algo? La mayoría de las personas tienen uno o varios hábitos perniciosos para la salud de su ATM. Evítalos, y notarás mejoría en días. Ejercicios y relajación muscular: Tu dentista o fisioterapeuta pueden indicarte ejercicios para mejorar la movilidad mandibular. Técnicas de relajación también te pueden ayudar a relajar los músculos del cuello y la mandíbula, pues el estrés también es uno de los causantes de sobrecargar estos músculos. No abras la boca al bostezar: Abrir al máximo la boca cuando bostezas es lesivo para la articulación, evítalo usando tu puño, o pegando la mandíbula al pecho.