De entre las numerosas alternativas de especialización que tienen los profesionales fisioterapeutas, destacamos las siguientes:
Fisioterapia neurológica.
Está enfocada a aumentar la calidad de vida de las personas que presentan trastornos neurológicos.
Gracias a un tratamiento regular, algunas personas pueden mejorar mucho físicamente.
Dentro de esta rama, hay que distinguir entre fisioterapia neurológica infantil y fisioterapia neurológica para adultos.
Pediátrica.
Sirve para ayudar a los niños con trastornos del desarrollo o que padecen dolencias puntuales.
Con este tipo de fisioterapia se tratan afecciones músculo-esqueléticas, neurológicas, respiratorias o reumatológicas, entre otras.
Geriátrica.
Se emplea para combatir los efectos derivados del envejecimiento, que conlleva un aumento de los problemas de salud.
Gracias a la fisioterapia, se pueden paliar los síntomas y contribuir al bienestar corporal de las personas de avanzada edad.
Ginecológica.
Con la fisioterapia mejora considerablemente la salud del suelo pélvico.
Puede tratar el preparto, el posparto, la incontinencia urinaria o las disfunciones sexuales.
Respiratoria.
Es una especialidad de la fisioterapia dedicada a la prevención, tratamiento y estabilización de las disfunciones o alteraciones respiratorias.
Algunos de sus objetivos, son: el aclaramiento mucociliar, mejorar la ventilación pulmonar, el intercambio de gases y la función de los músculos respiratorios.
Salud mental y psiquiatría.
Gracias a la ayuda de un especialista en fisioterapia se logra disminuir la sensación de ansiedad, a la vez que se consigue encontrar un equilibrio entre cuerpo y mente.
Traumatológica.
Es la rama de la fisioterapia enfocada al tratamiento de las fracturas óseas, las luxaciones, esguinces o las inflamaciones, entre otras lesiones.
Oncológica.
Los pacientes oncológicos también pueden beneficiarse de la fisioterapia.
Y es que, la estimulación del tratamiento contribuye a mejorar la sensación de bienestar.