Para tratar una contractura muscular lo primero que debemos hacer es prevenirla, y para ello lo mejor es realizar un calentamiento para preparar al músculo antes del esfuerzo.
Realizar ejercicio de forma progresiva en intensidad de las cargas, de menos a más intensidad.
También ayudara, realizar ejercicios de flexibilidad para mejorar la distensión del músculo y facilitar la recuperación del músculo tras el entrenamiento.
Si ya sufrimos una contractura no nos queda más remedio que aliviar y curar de la mejor forma posible.
Debemos visitar al médico o fisioterapeuta para que nos realice un diagnóstico y conozcamos de qué tipo de contractura se trata y cuál es el método más adecuado para su tratamiento,
Además de las recomendaciones de nuestro especialista, a la hora de curar las contracturas y, especialmente de aliviar el dolor, será muy útil:
Aplicar de calor en la zona afectada, podemos utilizar las almohadillas eléctricas o compresas de calor seco.
Las duchas con agua caliente también serán muy beneficiosas para curar una contractura muscular y reducir el dolor localizado.
Los baños de contraste, es decir, frío-calor también podrán resultar beneficiosos para aliviar las molestias y descontracturar.
Los masajes en la zona contracturada ayudaran a que nuestros músculos vuelvan a la normalidad, provocando un aumento del flujo sanguíneo que mejora la recuperación de los tejidos y limpieza de metabolitos.
Los masajes deberán ser realizados por un profesional, sino la contractura muscular podría ir a peor.
Tras la fase inicial de la contracción se recomienda realizar estiramientos y actividad ligera en el agua.