Los entornos verdes son, además, un gran aliado para combatir la violencia.
Nos ayudan a reducir la agresividad al aliviar nuestras tensiones.
Según algunos estudios científicos, el bullicio de la ciudad consume nuestra atención y nuestra memoria.
Al contrario, estar en contacto con la naturaleza tiene un efecto calmante y mejora nuestra memoria a corto plazo.
Incluso hay estudios que indican que los niños con hiperactividad se concentran y atienden mejor tras una caminata en medio de la naturaleza.
Es estando en contacto con el medio ambiente cuando notamos una gran calma interior.
Se relaja nuestra respiración, aminora nuestro pulso, baja nuestra tensión arterial y somos más propensos a la meditación.
La naturaleza va a fomentar nuestra creatividad al traer a nuestra mente pensamientos optimistas.
Potenciará nuestras capacidades mentales y afectivas, mejorarán nuestros procesos cognitivos e incluso conseguiremos que aumente nuestra función inmunológica.
Un sencillo paseo por el campo va a favorecer nuestra recuperación tanto física como mental.
Una buena caminata nos aportará flexibilidad, resistencia y fuerza.
Va a fortalecer nuestras piernas, va a estimular la circulación sanguínea, reforzará nuestro ritmo cardíaco y nos dará una dosis de vitalidad y energía.
Si salimos a pasear por espacios naturales en un día soleado, conseguiremos además un aporte extra de vitamina D gracias al sol, fortaleciendo así nuestro sistema óseo.
Además, si nos preocupa nuestra figura, caminando podremos quemar las calorías que nos sobran.
Nos ayuda a dormir mejor.
Tras un paseo, tu cuerpo estará cansado, con la mente despejada y relajada, y descansarás mucho mejor.
Reduce el riesgo de desarrollar cáncer.
Actividades de intensidad moderada, como caminar, pueden prevenir cánceres como el de riñón, de mama, de hígado… en un 10% según algunos estudios.
Vida más larga.
Algunos estudios aseguran que las personas que caminan 4 veces por semana, al menos 15 minutos, podrían tener un 40 % más de años de vida que alguien que no lo hace.
Mejora el equilibrio.
Paseando concentramos nuestra atención en los movimientos, por lo que mejoran los procesos cerebrales para la percepción y los ajustes del equilibrio.
Fortalece el corazón.
El riesgo de padecer una enfermedad relacionada con el corazón se minimiza en un 19% aproximadamente.
Los beneficios de pasear al aire libre en plena naturaleza son innegables.
Buscar parques o espacios naturales nos dará sosiego, calma, un poco de paz y tranquilidad.
Porque la armonía de la naturaleza mejora nuestra calidad de vida y cualquier ruta por espacios naturales, por pequeña que sea, va a beneficiarnos.
Nos relajará, nos hará descansar intelectualmente y mejorará nuestra autoestima.
También nos dará más fuerza, resistencia y energía, a nuestros pulmones y a nuestro corazón.