El dolor de tobillo puede deberse a:
Daño o hinchazón en los tendones o el cartílago,
infección en la articulación del tobillo,
osteoartritis, gota, artritis reumatoide, síndrome de Reiter y otros tipos de artritis.
También lo pueden causar problemas cercanos al tobillo como el bloqueo de los vasos sanguíneos,
dolor o lesiones en el talón,
tendinitis alrededor de la articulación,
o lesiones a nervios como la ciática.
En algunos casos, las lesiones del ligamento son más comunes en el exterior del tobillo,
pero puede ocurrir estiramiento en los ligamentos interiores.
El desgarro en los ligamentos causa inflamación e hinchazón,
lo que puede dificultar soportar peso en la articulación.
Las lesiones del tobillo pueden sanar por completo en unas pocas semanas o varios meses.
Durante este tiempo, se recomienda descansar el tobillo,
aplicar hielo en el área afectada y mantener el pie elevado.
También puede necesitar ejercicios para fortalecer el tobillo y mejorar el equilibrio y la agilidad.
Es importante evitar la sobrecarga en la zona,
calentar antes de hacer ejercicio y estirar los músculos que sostienen al tobillo.
Si el dolor es intenso o persistente,
debe buscar ayuda médica para obtener un diagnóstico adecuado y tratamiento.
El tratamiento puede incluir medicamentos para el dolor,
apoyo ortopédico o, en casos graves, cirugía.
Si sospecha de una fractura,
infección o si el dolor no mejora con el tratamiento,
debe acudir a un profesional de la salud para obtener asesoramiento personalizado.