Ejercicios sin resistencia para recuperar rango de movimiento, como la dorsiflexión, flexión plantar, inversión y eversión, pueden ayudar a recuperar la movilidad completa del tobillo.
Estos ejercicios deben realizarse sentados con las piernas extendidas y rodillas rectas, y se repiten 10 veces cada uno.
Es importante mantener cada posición por 15 segundos y regresar a la posición neutral antes de repetir el ejercicio.
La dorsiflexión implica colocar el pie para formar un ángulo de 90 grados con la pierna, manteniendo la rodilla recta.
La flexión plantar implica empujar el pie hacia abajo, siempre manteniendo la rodilla recta, hasta el punto antes de sentir dolor.
La inversión y eversión implican girar el pie hacia adentro y hacia afuera respectivamente, hasta el punto antes de sentir dolor o hasta que el movimiento lo permita.
Además de estos ejercicios, se pueden realizar ejercicios isométricos de fuerza, como la eversión isométrica y la inversión isométrica, para fortalecer los músculos cercanos a la articulación del tobillo.
Estos ejercicios deben realizarse con el borde externo o interno del pie contra una superficie, presionando contra el objeto sin mover el tobillo, y manteniendo la contracción muscular por 15 segundos.
También se pueden realizar ejercicios de resistencia para aumento de fuerza, utilizando una liga para ejercicios o una Theraband alrededor del tobillo, y colocando resistencia a los movimientos.
Es importante realizar ejercicios de propiocepción, como pararse sobre una toalla doblada con el pie del tobillo lesionado y levantar la pierna del lado sano, para mejorar el equilibrio y evitar futuras lesiones.
Estos ejercicios deben realizarse de manera gradual y progresiva, aumentando la dificultad y la resistencia a medida que se recupera la movilidad y la fuerza en el tobillo.
Es fundamental consultar con un profesional de la salud antes de iniciar cualquier programa de rehabilitación para asegurarse de que los ejercicios sean adecuados y seguros para cada persona.