Una ecografía se puede hacer para determinar si hay un problema con el embarazo, cuán avanzado está el embarazo o para tomar medidas y detectar problemas potenciales.
Una ecografía del embarazo se puede hacer durante las primeras 12 semanas para:
Confirmar un embarazo normal.
Determinar la edad del bebé.
Buscar problemas, como embarazo ectópico o posibilidades de un aborto espontáneo.
Determinar la frecuencia cardíaca del bebé.
Buscar embarazos múltiples (por ejemplo mellizos y trillizos).
Identificar problemas de la placenta, el útero, el cuello uterino y los ovarios.
Buscar señales que podrían indicar un aumento del riesgo del síndrome de Down.
Una ecografía del embarazo también se puede realizar en el segundo y tercer trimestres para:
Determinar la edad, el crecimiento, la posición y algunas veces el sexo del bebé.
Identificar cualquier problema en la forma como el bebé se está desarrollando.
Buscar mellizos o trillizos y examinar la placenta, el líquido amniótico y la pelvis.
Actualmente, algunos centros médicos están llevando a cabo un ultrasonido llamado prueba de translucencia nucal, alrededor de las semanas 9 a 13 del embarazo.
Esta prueba se realiza para buscar signos del síndrome de Down u otros problemas del desarrollo en el feto.
Este examen con frecuencia se combina con exámenes de sangre para mejorar la precisión de los resultados.
Hable con su proveedor de atención médica para determinar el horario más apropiado del examen para usted.
La cantidad total de ecografías que necesite dependerá de si se han detectado problemas en una ecografía o análisis de sangre previo que requieran pruebas de seguimiento.