Andar puede ser beneficioso si se hace de manera controlada y con el calzado adecuado. Sin embargo, es importante evitar caminar demasiado, especialmente en superficies duras, ya que esto puede agravar la inflamación y el dolor. Andar descalzo sobre superficies duras como suelos de madera, baldosas o cemento generalmente no es recomendable. Estas superficies no proporcionan el soporte y la amortiguación necesarios para el pie, lo que puede agravar la inflamación y el dolor en la fascia plantar. Caminar descalzo sobre superficies más blandas, como alfombras o césped, puede ser menos perjudicial y en algunos casos beneficioso, ya que estas superficies ofrecen más amortiguación y menos impacto en el pie. Caminar descalzo por la playa puede ser beneficioso si se realiza en arena firme. La arena blanda puede ayudar a fortalecer los músculos del pie y mejorar la flexibilidad de la fascia plantar, pero también puede aumentar la tensión si la arena es demasiado suelta. Es importante escuchar al cuerpo y detenerse si se experimenta dolor. Andar con calzado adecuado y sobre superficies blandas puede aliviar la fascitis plantar al fortalecer los músculos del pie, mejorar la flexibilidad y aumentar el flujo sanguíneo, lo que reduce la inflamación y acelera la recuperación.