¿Cuánto tarda en irse el dolor de codo?

El dolor de codo durante el entrenamiento con pesas es algo que puede golpear a cualquiera, desde principiantes hasta atletas experimentados. La sobrecarga muscular representa el principal culpable, especialmente cuando los músculos del antebrazo no logran soportar la tensión de los ejercicios. Los movimientos repetitivos con cargas inadecuadas generan microtraumas en los tejidos blandos. La técnica incorrecta también juega un papel crucial, ya que movimientos compensatorios y agarres deficientes crean patrones de estrés anormales. Un dolor agudo o punzante que aparece súbitamente durante el ejercicio podría indicar una lesión estructural. El dolor persistente que no mejora con descanso requiere evaluación profesional. No es recomendable entrenar con dolor de codo porque puede empeorar la lesión. Lo ideal es modificar los ejercicios o descansar completamente hasta la recuperación. El entrenamiento con dolor puede empeorar la lesión.

La epicondilitis afecta principalmente al tendón de uno de los músculos que estiran la muñeca y, además, en el 40% de las personas, al tendón del músculo que estira los dedos. Ambos tendones se anclan en el codo en el epicóndilo lateral, una prominencia de hueso de forma triangular fácilmente palpable en la cara externa del codo. El dolor se localiza exactamente en los tendones descritos, principalmente cuando los usamos al mover la muñeca y los dedos, o cuando mantenemos la muñeca en una posición continua cuando manipulamos objetos o cargamos peso con las manos. En muchos casos el dolor se irradia sobre los músculos del dorso del antebrazo o hacia la parte posterior del codo. El dolor se reproduce de manera característica al palpar estos tendones alrededor del epicóndilo, y la persona afectada puede llegar a aprender a localizarlo con la punta de sus dedos. El dolor se produce en la cara externa del codo. Cuando se tiene epicondilitis, duele la cara externa del codo no sólo con la actividad física intensa que se realiza con las manos, sino también con la actividad laboral habitual. En los casos más extremos, el dolor puede estar presente incluso en reposo e interferir con el sueño. Afortunadamente, la epicondilitis acaba resolviéndose sola con el tiempo en la mayoría de los casos, incluso aunque no se haga nada por solucionarla.