El proceso de curación de los huesos tiene tres etapas que se traslapan: inflamación, producción de hueso, y remodelación del hueso.
La inflamación empieza inmediatamente después de la fractura del hueso y dura varios días.
La producción de hueso comienza cuando la sangre coagulada formada por la inflamación es remplazada por tejido fibroso y cartílago.
La remodelación del hueso, la fase final de la curación del hueso, se prolonga durante varios meses.
Una vez lograda la adecuada curación del hueso, el soportar peso estimula la remodelación del hueso.
El hueso se toma generalmente de 6 a 8 semanas para curarse en un grado significativo.
En general, los huesos de los niños se curan más rápido que los de los adultos.
El cirujano de pie y tobillo determinará cuándo está listo el paciente para soportar peso sobre el área.
La inmovilización es una parte crítica del tratamiento porque cualquier movimiento de fragmentos de hueso desacelera el proceso inicial de curación del hueso.
Cuando el hueso se ha curado de manera adecuada, la fisioterapia a menudo juega un papel clave en la rehabilitación.
Un programa de ejercicios diseñado para el paciente puede ayudar a recuperar la fortaleza y el equilibrio y ayudar a retornar a las actividades normales.
Una amplia variedad de factores pueden desacelerar el proceso de curación, incluyendo el movimiento de fragmentos de hueso, soportar peso muy pronto, fumar, afecciones médicas, algunos medicamentos, fracturas severas, complicadas, o que se infectan, edad avanzada y mala nutrición o metabolismo deficiente.
Si el hueso no se está curando tan bien como se esperaba o si no puede curarse, el cirujano de pie y tobillo puede elegir entre diversas opciones de tratamiento para mejorar el crecimiento de hueso.