Aquellos que se enfocan al ejercicio suelen tener esta mentalidad del “no pain, no gain”, es decir, que si no duele el trabajo que estamos haciendo, no estamos trabajando lo suficiente para las metas que queremos lograr. Kirk Campbell, experto en medicina deportiva de la Universidad de Nueva York, señala que aunque el trabajo que hacemos durante las rutinas es importante, pero también darle tiempo a la recuperación entre ejercicios, lo cual puede ser clave para los primerizos o quienes han pasado mucho tiempo sin hacer ejercicio. Lo que sucede cuando hacemos ejercicio y tenemos dolor, es que ocurre un daño al músculo, y necesita recuperarse para volver a operar de forma normal, y ajustándose a los nuevos hábitos. Si seguimos ejercitándonos mientras existe dolor muscular, estaríamos lastimando el músculo aún más, lo cual puede provocar desgarres o daño excesivo al tejido de los músculos. Es esencial saber identificar una lesión al dolor normal después del ejercicio: si nos duele sólo una extremidad si trabajamos las dos al mismo tiempo, puede que haya lesión. Si el dolor es demasiado intenso que no puedes ni bajar las escaleras o moverte de forma apropiada, lo mejor es evitar hacer ejercicio en esa parte hasta que se reduzca.