Los ejercicios más beneficiosos para la salud articular son los de bajo impacto, diseñados para mejorar la movilidad, fortalecer los músculos que rodean las articulaciones y reducir la rigidez sin provocar daño.
Entre los más recomendados se encuentran:
Caminatas suaves
Natación y ejercicios acuáticos
Ciclismo (estático o al aire libre)
Yoga y Pilates
Estiramientos suaves y controlados.
Un estudio publicado en Frontiers in Rehabilitation Sciences confirma que este tipo de ejercicio mejora la flexibilidad y reduce el riesgo de caídas y lesiones.
Además, actividades como yoga o tai chi combinan trabajo físico y relajación, ayudando también a reducir la percepción del dolor, que puede verse influenciada por el estrés.
El ejercicio debe estar adaptado a tu condición y realizado con una técnica adecuada.
Por eso, los profesionales recomiendan iniciar un programa bajo supervisión médica o de un fisioterapeuta, especialmente si ya tienes dolor o limitaciones.