La rehabilitación de una operación de prótesis de cadera es fundamental para la seguridad del paciente y, sobre todo, para evitar el riesgo de luxación.
La ayuda del fisioterapeuta es fundamental en el proceso de rehabilitación de la prótesis de cadera, para enseñar a los pacientes a utilizar las muletas, el andador, o para enseñarles a hacer las transferencias desde la cama al sillón.
El riesgo de luxación es mayor en los tres primeros meses tras la intervención, sobre todo las primeras semanas.
Aunque poco frecuente, es una complicación importante y que puede suponer un retraso en la recuperación del paciente y un daño en los tejidos del paciente o en los componentes de la prótesis.
El uso de muletas se mantendrá entre 4-6 semanas, dependiendo del tipo de cirugía, el estado físico del paciente, las condiciones del hueso o el tipo de prótesis empleada: cementada o no cementada.
En una prótesis cementada el apoyo con muletas es, sobre todo, hasta que el dolor baje y el paciente recupere la fuerza y el control de la pierna, un poco a demanda, pero tiene menos implicaciones que en las no cementadas.
El paciente ha de seguir las indicaciones del médico sabiendo que no va a ir mejor por querer adelantar los plazos fijados o queriendo quitarse las muletas antes de lo indicado.
Los pacientes operados de cadera pueden hacer una vida normal y comienzan a caminar al primer o segundo día de la operación de cadera y empezar su proceso de rehabilitación desde los primeros días en el hospital.
El fisioterapeuta o el médico enseñan al paciente a caminar con su nueva prótesis de cadera apoyando parcialmente el peso del cuerpo, haciendo bastante fuerza sobre las muletas y apoyando el pie operado a la vez que las muletas, para proteger la nueva articulación, para quitarle un poco de peso a esa pierna.
Es muy importante caminar apoyando primero el talón, con la pierna extendida, y por último los dedos del pie, para evitar sobrecargas, marcha anormal o dolores de otras articulaciones y músculos.
Los pacientes con prótesis de cadera han de dormir durante un mes boca arriba, con una almohada entre las rodillas, para mantener la prótesis en posición de máxima seguridad las primeras semanas.
A partir de las 4-8 semanas puede dormir más tiempo de lado, con la almohada ente las rodillas, sobre el lado sano, y a partir del tercer mes sobre los dos lados, incluso boca abajo.