Se llaman músculos agonistas a aquellos que se responsabilizan del movimiento, y que en consecuencia realizan la acción, y los antagonistas son los que continúan el movimiento para que el cuerpo siempre se encuentre en equilibrio. Un trabajo equilibrado entre los músculos agonistas y antagonistas evitará todo tipo de lesiones, y una compensación entre ellos, de forma que se evitarán sobrecargas musculares innecesarias, y problemas de equilibrio estructural al entrenar cualquier deporte. El truco para disfrutar de una excelente salud músculo-esquelética, es trabajar tanto los músculos agonistas como los antagonistas, de forma que exista una compensación real entre ellos, y un equilibro muscular que mantenga activos a todos los grupos musculares implicados en los diversos deportes que se pueden practicar. La compensación se hace necesaria en la misma medida en que cada grupo muscular desencadena un movimiento diferente, es decir, que se considera de máxima importancia que el cuerpo quede equilibrado al realizar una actividad física, tanto a la hora de ejecutar el movimiento como de estirar el músculo, para que la fatiga muscular no se perciba incómoda, sino importante para llevar a cabo la consecución de los movimientos que se hayan establecido como necesarios en cada entrenamiento.