El tiempo de recuperación de una artroscopia de rodilla depende de lo que tarde en desaparecer la inflamación provocada por la cirugía.
El paciente debe seguir algunos consejos como usar muletas durante ocho o diez días.
Poner la rodilla en alto usando varios cojines para amortiguar, con el fin de controlar la hinchazón los días posteriores a la cirugía.
No estar de pie durante un largo periodo de tiempo, ni hacer ningún tipo de ejercicio hasta que el médico lo indique.
Tomar analgésicos para paliar el dolor.
Tomar medicación antiinflamatoria, como el ibuprofeno, y poner frío en la zona.
Comenzar a realizar ejercicios para potenciar la musculatura de la zona, cuando el médico lo aconseje.
En la mayoría de los casos el tiempo de baja por una artroscopia de rodilla se estima en un mes.
A partir de ese momento el paciente puede recuperar su rutina normal.
No ocurre lo mismo si el paciente se ha sometido a una intervención más compleja como la reparación meniscal.
Aquí el postoperatorio inmediato es más pesado, aunque los resultados son muy buenos.
Tras la intervención se deben seguir los consejos del traumatólogo y no doblar la rodilla más de 60 grados ni cargar peso en la pierna operada el primer mes.
Durante ese tiempo tiene que usar muletas, evitando apoyar el pie y que la rodilla se resienta.
Pasados 30 días tiene que empezar un tratamiento rehabilitador progresivo, de menos a más.
La recuperación se prolonga unos 3 ó 4 meses.
Pasado este tiempo el paciente recupera la movilidad en la articulación y puede alcanzar su nivel deportivo previo.
La rehabilitación tras una artroscopia de rodilla busca la recuperación total de la articulación, devolviendo el tono, la fuerza y la movilidad.
En los deportistas este paso, previo a la recuperación total, es muy importante para lograr volver a su nivel deportivo previo a la lesión.
El tipo de lesión marca cuándo hay que comenzar la rehabilitación y cómo se debe hacer.
Existen ejercicios que el paciente puede hacer en casa.
Los más habituales, que se pueden realizar sentados o de pie son contraer el cuádriceps, presionando la rodilla y manteniendo cinco segundos.
Elevar las piernas unos 30 cm y mantenerlas estiradas con el pie en posición flex (dorsiflexión plantar) durante unos segundos.
Ambas requieren de unas 10 repeticiones.
También, cuando ya no se usan muletas el traumatólogo recomienda cargar peso sobre la rodilla de manera gradual.
Realizar ejercicios de flexión y extensión de la articulación.
Subir y bajar escaleras.
Caminar.