El principal beneficio que nos aporta se puede resumir en 5 palabras: mejora tu calidad de vida.
Y acudir al fisioterapeuta con cierta regularidad nos va a permitir evitar precisamente ciertos factores de riesgo que pueden acabar desencadenando alguna lesión o dolor.
El fisioterapeuta nos puede dar unas pautas para mantener unos hábitos adecuados cuando trabajamos, mientras estamos sentados en el sofá, etc.
Este aspecto cobra más importancia teniendo en cuenta que la mayoría de dolores de espalda están causados por malas costumbres tanto en el trabajo como en casa.
El fisioterapeuta también nos puede ayudar a recuperar y mantener la movilidad, fuerza y estabilidad de las diferentes partes del cuerpo: espalda, articulaciones, musculatura, etc...
Con el paso de los años, nuestro cuerpo va envejeciendo, y nuestros músculos y articulaciones también envejecen.
Gracias a distintas técnicas de rehabilitación podemos conseguir mantener nuestro cuerpo en mejor estado durante más tiempo.
Y evitaremos un deterioro más acusado con el paso de los años.
Esto es especialmente beneficioso en personas mayores, aunque no es necesario esperar a cumplir años para comenzar a cuidarnos.
El fisio es nuestro mejor aliado cuando tenemos que preparar una competición, recuperarnos o simplemente cuando practicamos de forma regular algún deporte.
El fisio nos facilita pautas y recomendaciones para que podamos realizar un entrenamiento específico orientado a lograr los mejores resultados para evitar futuras lesiones.
En casos de lesión, el fisio nos ayuda a realizar una correcta rehabilitación, acortando el tiempo de recuperación y reduciendo la sintomatología que curse con dolor, inflamación e imposibilidad para realizar la actividad deportiva.
También nos enseña ejercicios de propiocepción para evitar futuras recaídas en la misma lesión.
Si te sientes identificado con alguna de estas situaciones, es hora de que acudas al fisioterapeuta:
Tomas medicación frecuente para paliar algún dolor.
Los antiinflamatorios y los analgésicos son medicamentos que reducen el dolor de manera temporal, pero no actúan sobre el foco que lo produce.
El fisio actuará sobre el origen del dolor para corregirlo.
Sientes algún dolor y no sabes cuál es la causa.
En muchas ocasiones, podemos sentir un dolor sin saber cuál es la causa que lo provoca.
El fisioterapeuta, gracias a las herramientas de diagnóstico, como el ecógrafo, determina cuál es el origen del dolor y actúa para eliminarlo.
Padeces un dolor crónico.
Los dolores crónicos suelen ser la consecuencia de una lesión mal tratada que ha acabado cronificando el dolor.
En muchas ocasiones, actuando sobre el origen, el dolor se reduce en gran medida, mejorando la calidad de vida del paciente.