Existen una serie de métodos diseñados para abordar los distintos aspectos, desde ejercicios que potencian la elasticidad muscular, hasta aquellos que promueven la movilidad articular y la plasticidad. Inclinación con piernas abiertas: De pie, se separarán las piernas y nos inclinaremos hacia adelante para trabajar los isquiotibiales y aductores. Sentadilla “sumo” con giro: Desde una sentadilla “sumo”, se deberá girar el torso y levantar un brazo para trabajar las piernas, glúteos y oblicuos. Zancada de rodillas: En posición de zancada con una rodilla en el suelo, el usuario empuja la cadera hacia adelante para estirar los flexores de la cadera. Inclinación con elevación de brazos: De pie, deberemos inclinarnos hacia adelante y levantar los brazos para trabajar la espalda y los hombros. Estiramiento de tríceps de pie: De pie, doblaremos un brazo detrás de la cabeza y empujamos suavemente el codo hacia abajo para estirar los tríceps y hombros. Existen varios métodos que pueden ayudarnos a mejorar esta cualidad. En este sentido, como profesional, deberás adecuar cada entrenamiento al deportista en cuestión y aplicar diferentes formas de estiramiento; estáticos manteniendo una postura durante un tiempo determinado; o dinámicos realizando movimientos suaves y controlados. Aquí te presentamos un par de metodologías o entrenamientos de flexibilidad, a los que podemos aplicar tanto estiramientos estáticos como dinámicos, teniendo en cuenta que ambos van más allá de la elasticidad y la movilidad. Yoga: Este sistema o disciplina se caracteriza por combinar posturas, respiración y meditación. Pilates: Por otro lado, el pilates, otro de los tipos de entrenamiento de flexibilidad más populares, se centra en el control del movimiento y la alineación correcta.