Las técnicas utilizadas en los masajes terapéuticos consiguen liberar la tensión de los músculos y aumentar la producción de oxígeno. De esta forma, se permite que haya una mejora en la circulación de los líquidos linfáticos.
Aparte de mejorar la circulación sanguínea, el masaje terapéutico permite tratar lesiones de tendones y ligamentos, aumentando así la movilidad de las articulaciones. También relaja los músculos y disminuye la tensión y el dolor muscular.
Asimismo, disminuye el cansancio, calma los dolores de cabeza o espalda y es capaz de elevar los niveles de serotonina y aumentar la relajación, aliviando el estrés.
A la vez, también se ha demostrado que aumenta la función inmune, mejora la calidad del sueño, incrementa la actividad mental y agiliza la curación de las lesiones de tejidos blandos.