La recuperación de la cirugía en sí, es rápida, antes cuando se operaba un cruzado se dejaba la pierna inmovilizada durante unas cuantas semanas y costaba mucho recuperarla. Ahora al día siguiente de la operación ya empezamos a hacer rehabilitación, así conseguimos que en pocas semanas los pacientes recuperen la movilidad completa y sufriendo menos.
Hay tres aspectos que se trabajan durante la rehabilitación de una intervención de ligamento cruzado: La movilidad, que se trabaja desde el comienzo y que es la parte que más ha cambiado de la recuperación.
La propiocepción y el equilibrio, que ayudan a evitar futuras lesiones.
El último aspecto la recuperación del cuádriceps.
Cada vez que operamos una rodilla a las pocas horas el cuádriceps se atrofia, se pueden perder varios centímetros del contorno del cuádriceps en una sola operación de rodilla.
Ese cuádriceps que perdemos se tarda muchos meses en recuperarlo.
Durante los dos primeros meses prácticamente solo se trabaja asistido por un fisioterapeuta en la potenciación del cuádriceps.
El paciente deberá fortalecer la musculatura del muslo y la pantorrilla e intentar durante los primeros días extender por completo la rodilla y flexionarla más de 90º.
En la primera fase de la rehabilitación, al cabo de un mes se pueden introducir ejercicios fuera del gimnasio.
Se empieza por la bicicleta, porque es un ejercicio físico que se ha demostrado con estudios fisiológicos que no hace trabajar absolutamente nada al ligamento cruzado y es muy eficaz para reforzar el cuádriceps.
A partir de las 8 o 10 semanas el paciente puede empezar a practicar la natación, que también es un ejercicio en el que el ligamento no trabaja apenas y sirve para potenciar el cuádriceps.
Al cabo de 3 meses y medio comienza a hacer algo de carrera continua.
Esos son los tres deportes que se pueden hacer durante la fase inicial de la rehabilitación.
A las personas que se operan de un cruzado no se les permite incorporarse a actividades deportivas como el fútbol o el baloncesto, por ejemplo, hasta que no han pasado entre 7 y 9 meses.
En deportistas de alto rendimiento, como hacen una fisioterapia más intensiva, tal vez se pueden incorporar un poco antes.
Para poder volver a realizar una práctica deportiva con normalidad, uno de los criterios que se adoptan es que hayan pasado los meses suficientes para que el ligamento cruzado injertado esté fuerte, y el otro es que tengas un cuádriceps igual que antes de la operación.