Después de una torcedura, fractura o intervención quirúrgica, es común que el tobillo pierda flexibilidad, fuerza y estabilidad. El tobillo es una articulación que soporta el peso del cuerpo en todo momento. Cuando se produce una lesión, es frecuente notar: Rigidez articular Dolor al mover el pie o al apoyarlo Hinchazón persistente Sensación de inseguridad al caminar Estos síntomas pueden mantenerse en el tiempo si no se realiza un trabajo específico de recuperación. Gracias a la fisioterapia, es posible devolver al tobillo su funcionalidad, disminuir las molestias y minimizar el riesgo de recaídas. El éxito de la recuperación depende en gran medida de comenzar la rehabilitación en la etapa indicada. Con el tratamiento correcto, se consigue: Mejorar el rango de movimiento Reducir inflamación y dolor Reforzar músculos estabilizadores Ganar confianza al volver a caminar o hacer deporte.