Un esguince de tobillo se produce cuando los ligamentos que conectan los huesos de la articulación del tobillo se estiran o desgarran debido a una torcedura o giro repentino del pie.
Los especialistas en Traumatología del grupo sanitario Ribera explican que los síntomas más comunes de un esguince de tobillo son dolor intenso en el área afectada, hinchazón, dificultad para mover o apoyar el peso en el pie lesionado, y en algunos casos, pequeñas hemorragias interna o moratones.
Para una recuperación rápida y eficiente, es crucial seguir algunos consejos importantes:
Descansar el tobillo lesionado y evitar cualquier actividad física que pueda empeorar la lesión.
Aplicar hielo en el área afectada lo antes posible y durante 15-20 minutos cada 2-3 horas, ya que el frío ayuda a reducir la hinchazón y a aliviar el dolor.
Elevar el pie lesionado sobre el nivel del corazón para disminuir la inflamación.
A medida que el dolor y la inflamación disminuyen, es importante empezar a hacer ejercicios suaves de movilidad y fortalecimiento.
Los ejercicios para la rehabilitación del esguince de tobillo incluyen movimientos de la articulación del tobillo, estiramientos del tobillo, ejercicios de equilibrio y ejercicios de resistencia.
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