Muévete Además de que el ejercicio aeróbico puede beneficiarte a la hora soportar el dolor, una musculatura tonificada en su totalidad nos ayuda a ejercitar menos aquellas partes del cuerpo donde sufrimos dolor. Vigila tu peso Cuanto más peso soportamos sobre nuestros huesos, más expuestos estamos a padecer dolor. La espalda, las rodillas o los pies, son algunas de las partes del cuerpo que más impacto soportan, veinticuatro horas al día, 365 días al año. Mantén la línea y bebe mucha agua. Mens sana in corpore sano La actitud positiva ante las crisis de dolor es fundamental para un pronóstico esperanzador. El estado de ánimo influye mucho en la percepción del dolor, por eso es importante afrontar la enfermedad con esperanza y con la voluntad de superar los momentos más difíciles. No te ocultes Muchas personas sufren su dolor en silencio ante la incomprensión de los familiares, amigos y otras personas que les acompañan en su día a día. Cuando el dolor se prolonga durante más de seis meses, nos enfrentamos a una enfermedad que se llama dolor crónico, ya no es tan solo un síntoma. Sigue tu tratamiento Si tienes un diagnóstico determinado y unas pautas a seguir, no ceses en el empeño de continuarlo hasta concluirlo. Recuperar la funcionalidad es la finalidad de la mayoría de los tratamientos del dolor, así que la meta del paciente debe de ser la misma, alcanzar la calidad de vida esperada según el tratamiento.