Los TCE leves también pueden provocar secuelas importantes que dificultan la vuelta a la normalidad del afectado. El síndrome posconmocional hace referencia a la aparición de un grupo heterogéneo de síntomas: somáticos, cognitivos y psicológicos, que pueden aparecer y persistir de forma variable después de un traumatismo craneoencefálico (TCE), en general, de leve intensidad. En 1916, Pierre Marie denominó como ‘síndrome subjetivo posconmocional’ al conjunto de secuelas tardías de los TCE, cuya sintomatología venía definida fundamentalmente por cefaleas, tristeza, estado vertiginoso y carácter irritable.
Hay tres, o más, de los siguientes síntomas después del traumatismo que duran al menos tres meses: Fatigabilidad fácil, Trastornos del sueño, Dolores de cabeza, Vértigo o mareo, Comportamiento irritable o agresivo con o sin provocación, Ansiedad, depresión o labilidad emocional, Cambios de la personalidad.
Somáticos: Cefalea: tensional, migraña, en racimos, neuralgias occipital, supra e infraorbitarias, secundaria a lesión cervical o de la articulación temporomandibular, debida a lesiones locales y mixta. Disfunción de los pares craneales. Mareo y vértigo. Tinnitus. Pérdida de audición. Visión borrosa. Diplopía. Trastornos en la convergencia. Intolerancia al ruido y a las luces brillantes. Disminución del olfato y gusto. Fatiga. Náuseas. Vómitos.
Psicológicos: Irritabilidad e impaciencia. Inseguridad. Ansiedad y depresión. Preocupaciones hipocondríacas. Despersonalización y desrealización. Cambios de la personalidad: apatía, agresividad, labilidad emocional, etc. Trastornos del sueño (somnolencia en la fase inicial). Disminución de la libido. Anorexia. Intolerancia al consumo de alcohol.
Cognitivos: Trastornos de la memoria. Déficit atencionales. Aumento del tiempo de reacción. Disminución de la velocidad de procesar la información. Incoordinación psicomotriz. El síndrome postconmocional no aparece en todos los traumatismos leves. Aproximadamente, el 50% de los mismos muestran estos síntomas durante los primeros 3 meses, descendiendo el porcentaje al 33% a partir del tercer mes.
La mayoría de los pacientes con TCE leve regresa a su actividad laboral, aunque aproximadamente un tercio no consigue la reinserción laboral. Las alteraciones cognitivas y conductuales se presentan como los principales factores de riesgo de esta discapacidad laboral.