La higiene postural es importante para evitar lesiones y dolores musculares, especialmente de espalda.
La postura correcta ante el ordenador es mantener una postura erguida, con la espalda reposando en el respaldo de la silla y los hombros relajados.
Los codos deben formar un ángulo de 90º y es recomendable tener los antebrazos apoyados.
La cabeza y el cuello deben estar rectos, con la pantalla a medio metro de distancia y a la altura de los ojos.
Los muslos deben dibujar un ángulo de 90º a 110º en relación a las caderas, y los pies deben estar completamente planos y apoyados en el suelo.
Para evitar la fatiga ocular, es conveniente controlar la luz con cortinas y tapar los ojos con las manos por unos segundos.
Es importante hacer descansos breves cada hora y realizar ejercicios para prevenir lesiones, como rotar la cabeza, elevar los hombros y estirar los brazos.
La prevención es clave para tratar las molestias derivadas de una mala higiene postural, y es importante llevar a cabo una rutina de ejercicios y cambiar de postura cada cierto tiempo.
Es importante compensar las horas de sedentarismo con alguna actividad física y prestar atención a las señales del cuerpo para aliviar cualquier síntoma antes de que pueda agravarse.
La higiene postural también es posible si se trabaja con un ordenador portátil, intentando que los hombros y el cuello estén relajados y la cabeza en una posición equilibrada respecto a los hombros.