Adoptar un estilo de vida saludable no es solo una cuestión de seguir dietas o hacer ejercicio esporádicamente, sino de crear hábitos duraderos que formen parte de nuestra rutina diaria. La idea es simplificar el hábito lo máximo posible para no abrumarse desde el inicio. Por ejemplo, si se desea leer más, se puede comenzar leyendo tan solo cinco minutos al día. Lo importante es dar el primer paso y asegurar que la actividad se realiza sin generar resistencia. Un buen ejemplo es dejar lista la ropa y las zapatillas para correr la noche anterior, de manera que sea más fácil continuar con la rutina de ejercicio por la mañana. Es también fundamental hacerlo divertido. Es más fácil crear hábitos que disfrutemos, por lo que, si algo como correr no te atrae, prueba a hacer ciclismo si eso te resulta más agradable. Planificar con anticipación es esencial para prevenir obstáculos que puedan desviar nuestro objetivo. Siguiendo estas recomendaciones, también es importante evitar faltas consecutivas. La repetición constante refuerza la memoria del hábito.