Para ganar masa muscular, evitar el déficit de vitaminas es tan importante como alcanzar los requerimientos de proteína.
La alimentación no es un complemento, sino un componente esencial del crecimiento muscular.
Y aunque las proteínas suelen ocupar el centro del escenario, las vitaminas cumplen funciones clave en la reparación, regeneración y rendimiento de los músculos.
Los músculos no se construyen sólo con esfuerzo físico.
Se forman, fortalecen y mantienen con una combinación precisa de nutrientes que activan procesos celulares fundamentales.
Entre ellos, algunas vitaminas emergen como protagonistas discretas pero determinantes en el proceso de ganancia muscular.
El complejo B, especialmente las vitaminas B12, B9 y B3, favorece la regeneración muscular post entrenamiento.
La vitamina C participa en la formación de colágeno y mejora la oxigenación celular.
El omega-3, presente en pescados grasos, potencia la respuesta anabólica y reduce la inflamación muscular.
Aumentar la ingesta calórica diaria puede ser determinante para ver resultados sostenidos.
Incluir proteínas en todas las comidas es fundamental.
Elegir carbohidratos de calidad como la avena, la quinoa o el arroz integral proporciona energía sostenida para el entrenamiento y favorece la recuperación post-ejercicio.
Consumir grasas saludables como frutos secos, semillas y pescados grasos como el salmón aporta omega-3, que promueven la síntesis muscular y reducen la inflamación post-entrenamiento.