Importancia de la motivación interna

La constancia y la motivación suelen convertirse en un desafío en nuestra vida cotidiana. Si nuestra motivación depende de factores externos, como recompensas o reconocimiento, la situación se complica. A menudo nos parece difícil porque pensamos que, para seguir con nuestros objetivos, necesitamos obtener una recompensa. La motivación interna, por el contrario, es la capacidad de impulsarnos a la acción sin necesidad de incentivos externos, encontrando sentido en lo que hacemos a partir de nuestros propios valores y propósitos. Daniel Goleman, en su modelo de inteligencia emocional, destaca la automotivación como una competencia clave para el bienestar y el éxito personal. Conectar con nuestros valores personales no solo fortalece nuestra motivación interna, sino que también nos ayuda a vivir con mayor autenticidad y dirección. Podemos hablar de dos tipos de motivación, en primer lugar en una motivación que proviene del exterior basada en recompensas externas como el dinero, el reconocimiento que recibimos de los demás o la presión social. Y en segundo lugar una motivación que surge de nuestro interior que está mucho más relacionada con nuestros intereses, valores y el sentido de propósito. Cultivar la motivación interna esa que viene de nosotros mismos nos ayuda a desarrollar resiliencia, mejorar nuestro bienestar emocional y comprometernos con objetivos a largo plazo sin depender de factores externos que nos ayuden a coger impulso. Los valores son muy importantes a la hora de sentirnos motivados. En el marco teórico de la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT), desarrollada por profesionales de la psicología, se conceptualizan los valores como direcciones de vida significativas. Desde esta perspectiva, se entienden como principios que pueden guiarnos y dotar de mayor sentido a nuestras acciones. Según este enfoque, los valores funcionarían como una brújula interna que nos orienta hacia lo que consideramos importante. Por ejemplo, existe una diferencia notable entre hacer ejercicio por obligación o hacerlo desde la conexión con lo que valoramos, como podría ser nuestro bienestar personal. Cuando logramos alinear nuestras acciones con lo que realmente nos importa, podemos encontrar mayor significado en nuestro día a día. Mindfulness nos permite observar con atención plena qué actividades nos motivan realmente. Además nos permite ser más conscientes de nuestras emociones en el momento presente, en lugar de actuar en piloto automático. Al tomar conciencia de nuestras acciones y emociones, podemos identificar cómo nuestros valores influyen en nuestras decisiones diarias. Te propongo un ejercicio breve: Reflexiona con conciencia plena sobre qué actividades en tu día a día te generan mayor satisfacción y por lo tanto emociones positivas y cuáles por el contrario te generan emociones negativas y malestar. Alejándote de tus valores personales. Aquí te dejo unas cuantas estrategias para alinear acciones con valores y potenciar tu motivación interna. Para fortalecer nuestra motivación interna, podemos aplicar las siguientes estrategias: Clarificación de valores: Identificar lo que es realmente importante en diferentes áreas de nuestra vida. Establecer metas alineadas con valores: Convertir nuestros valores en acciones concretas que podamos llevar a cabo diariamente. Aceptar la incomodidad: La motivación no siempre estará presente, pero los valores nos ayudan a persistir incluso cuando enfrentamos desafíos. Rutinas con sentido: Diseñar hábitos que refuercen nuestra conexión con lo que nos importa. La conexión con nuestros valores personales es una de las formas más efectivas de cultivar una motivación sostenida. En lugar de esperar a sentirnos motivados para actuar, podemos tomar decisiones alineadas con nuestros valores, lo que nos llevará a vivir con más autenticidad y propósito. No se trata de esperar a estar motivados, sino de actuar con sentido y compromiso. Al conectar con nuestros valores, encontramos en nuestro día a día un motor genuino para seguir avanzando. ¿Te has planteado qué papel juegan tus valores en tu motivación diaria? Si este artículo te ha sido útil, te invito a explorar otros contenidos en el blog, donde encontrarás más estrategias para cultivar tu bienestar emocional y tomar decisiones alineadas con lo que realmente importa. Y si quieres seguir profundizando en Mindfulness, motivación y gestión emocional, ¡no te pierdas los próximos artículos! Suscríbete para recibir novedades o comparte tus reflexiones en los comentarios. Nota: Este artículo discute conceptos psicológicos desde una perspectiva educativa y de crecimiento personal. No sustituye asesoramiento profesional.

Me parece esencial diferenciar los tipos de motivaciones que existen para evitar confusiones que, llevadas al día a día, repercuten negativamente en los procesos de enseñanza y de aprendizaje que ocurren en las aulas. Existe una motivación que es externa, es decir, viene desde fuera y busca incentivar un comportamiento o acción mediante refuerzos positivos. En esta línea se encuentran los premios de todo tipo, desde los gomets o caritas ante un trabajo “bien hecho”, hasta las piruletas o regalos más grandes al terminar una tarea, generalmente asignada por el adulto. La premisa de este tipo de motivación es que las personas, en general, necesitamos estímulos desde fuera para realizar toda actividad, siendo el rol del adulto mantener esa dinámica constantemente en marcha. El otro tipo de motivación es la motivación interna, aquella que se refiere a una búsqueda que parte desde adentro para realizar una tarea por la misma satisfacción de hacerla, por la conquista que implica y por el resultado obtenido o el disfrute del proceso. La motivación extrínseca, la mayor parte de las veces, va en detrimento de la motivación intrínseca, es decir: alguien que empieza haciendo algo por su propia iniciativa y recibe un premio por lo que hizo tiende a perder el impulso inicial de realización de la tarea. Son diversos los estudios que muestran cómo la motivación externa disminuye la motivación interna, en vez de aumentarla o sumarse a esta. Aunque seguramente haya muchos matices por hacer en este tema, al menos que sirva para reflexionar sobre los efectos de utilizar constantemente el refuerzo exterior de los premios y elogios para lograr que los niños realicen sus tareas. Este tipo de intervención no sólo pierde efecto rápidamente, sino que genera una dependencia de los niños y niñas hacia la aprobación del adulto y, más grave aún, les enseña que no son capaces por ellos mismos de tener intereses propios y recursos para desarrollarlos.

La motivación interna o auto-motivación es importante porque sin ese motor vital, no podríamos afrontar cada día con ilusión y fuerzas renovadas. Es uno de los componentes de la Inteligencia Emocional y como tal, de gran importancia para nosotros mismos y nuestra relación con los demás. Si tenemos motivación interna, nada podrá detenernos. Además, si esperamos estímulos y motivaciones externas, nos veremos arrastrados por otros impulsos que no siempre llevarán a buen término. Ser protagonistas de nuestra vida, también implica, el hecho de mantener alta nuestra motivación interna y por tanto, sacar fuerzas para desarrollar cada una de nuestras actividades. Es importante, buscar actividades que nos enriquezcan y aportan, pero aunque no fuera el caso, buscaremos a lo largo de nuestro día, motivación para vivir de forma proactiva y consciente. Actúa y afronta con responsabilidad cada segundo de tu vida.