Los huesos rotos tienen una capacidad asombrosa para curarse, sobre todo en los niños. A las pocas semanas de una fractura, se forma nuevo hueso, aunque la curación completa puede llevar más tiempo. La curación de un hueso consta de tres etapas: la etapa inflamatoria, la etapa de reparación y la etapa de remodelación. En el transcurso de dos a seis semanas, el callo duro es lo bastante resistente como para poder utilizar la parte fracturada. La etapa de remodelación se inicia unas seis semanas después de la lesión. En esta etapa, el callo duro es reemplazado por hueso normal. Si le enseñaran una radiografía del hueso en proceso de curación, su contorno se vería irregular. Pero a lo largo de los meses siguientes, el hueso se remodela y recobra el mismo aspecto que tenía antes de la lesión. En aproximadamente 3 a 6 semanas, se forma hueso nuevo y duro, y por lo general, es posible quitar la escayola o la férula. Los huesos rotos o fracturados son lesiones frecuentes en la infancia, que se pueden tratar. En la mayoría de los casos, se curan bien y los niños pueden retomar todas las actividades que disfrutaban antes de la fractura.