El tratamiento convencional se realiza mediante un yeso largo, seguido de un yeso corto, durante seis semanas en total.
Entre la semana 8 a 12 se logra, habitualmente, una extremidad funcional y útil para la gran parte de las tareas de la vida cotidiana.
Actividades manuales o deportes de mayor demanda, pueden requerir de mayor tiempo de rehabilitación.
A las seis semanas se consigue generalmente la consolidación de la fractura y se pueden realizar tareas con mayor demanda.
Con frecuencia se requiere de rehabilitación con kinesiología para mejorar la movilidad, fuerza y disminuir el dolor.
El objetivo de la cirugía es la reducción de la fractura y su estabilización mediante un implante, lo que permite una rehabilitación precoz.
Salvo excepciones, luego de la segunda a tercera semana, se debe ir aumentando de manera progresiva la movilidad de la muñeca, forzando suavemente la flexión y extensión.
De la misma manera, se podrá ir tomando más peso y entre la cuarta y sexta se podrá levantar un kilo con la mano operada.