La incorporación de actividad física regular en la vida diaria puede proporcionar beneficios sustanciales para quienes sufren migrañas.
El ejercicio, en particular las actividades aeróbicas regulares, han demostrado reducir la frecuencia y la intensidad de las migrañas en algunos grupos de pacientes.
El ejercicio no solo mejora la salud cardiovascular y el bienestar general, sino que también tiene un impacto significativo en la reducción de las migrañas.
Sociedades científicas internacionales, como la Sociedad Francesa de Cefalea y la American Headache Society, coinciden en que el ejercicio desempeña un papel fundamental en el tratamiento de las migrañas.
El ejercicio puede ayudar de varias maneras.
Desde una perspectiva biológica, el ejercicio desempeña un papel crucial en la supresión de moduladores inflamatorios entre los que se encuentran diversas citoquinas y hormonas relacionadas con el estrés, que a menudo están elevados en personas con migraña.
Cuando nos ejercitamos, nuestro cuerpo libera endorfinas, unas hormonas naturales que generan emociones positivas y una sensación general de bienestar.
Estas endorfinas poseen propiedades analgésicas naturales, lo que puede traducirse en un aumento del umbral del dolor, que resulta especialmente beneficioso para quienes padecen migraña.
Además, el ejercicio mejora la calidad y regularidad del sueño, aliviando el estrés, un desencadenante común de las migrañas.
Una revisión reciente de la literatura científica sobre el papel del ejercicio aeróbico en la prevención de la migraña concluyó que el ejercicio aeróbico reduce significativamente la frecuencia, intensidad y duración de la migraña.
El estudio señala que aquellos pacientes que no pueden tolerar ejercicios de alto impacto pueden optar por opciones de ejercicio de bajo impacto como el yoga.