Es importante saber que nunca han de producir dolor. No se trata de hacer muchos ejercicios, rápidos y todo lo fuerte que se pueda. Al contrario, se trata de hacer los ejercicios despacio y bien, concentrándose en el movimiento que realiza y manteniendo unos segundos la postura para conseguir provocar cambios. Hacer los movimientos primero con el hombro sano sirve de guía para el lado «malo». Puede ponerse calor antes de empezar y frío al finalizar. Es muy importante hacer los ejercicios en la postura correcta para no forzar los tendones y producir más lesión. Comience con 3 - 5 repeticiones y aumente el número progresivamente, hasta conseguir que el movimiento no le produzca dolor.
Inclínese hacia delante, apóyese en una mesa o silla, deje caer el brazo sin hacer esfuerzo, puede ayudarse cogiendo un pequeño peso en la mano. Haga movimientos de rotación, no muy amplios. Apoyando la espalda en la pared, mueva los hombros hacia abajo, como si quisiera meter las escápulas y júntelas. Coja una toalla por detrás de la espalda, el brazo sano tira desde arriba de la toalla, aguante la posición durante unos segundos. De pie, colóquese en la esquina de una pared, apoye las manos en la pared, los codos por debajo de los hombros, deje caer el cuerpo hacia delante acercando el pecho al rincón.