La práctica del yoga para niños aporta numerosos beneficios como los siguientes: Mejora la postura.
Mediante el yoga se fomentan los buenos hábitos a la hora de sentarse, de andar, de estudiar, de practicar deporte, etc.
Esto favorecerá al niño en su rutina diaria.
Aumento de la autoestima.
El conocimiento de uno mismo que proporciona el yoga puede ayudar a mejorar la autoestima del niño, que aprenderá a apreciar sus defectos y sus virtudes.
Calma y relajación.
El control de la respiración, la forma de notar como el aire pasa por el cuerpo, son formas de aportar calma al niño.
Concentración.
La práctica del yoga exige concentración, por lo que el niño aprenderá a no distraerse al realizar esta actividad y podrá utilizar esa habilidad a la hora de estudiar, por ejemplo.
Diversión.
La diversión no puede faltar cuando se trata de niños.
Cada postura se asocia a un animal o a un elemento natural, por lo que los niños se divertirán imitando a la rana, al cisne o al escorpión.
El objetivo esencial es que aprendan a mantener una actitud positiva ante la vida, que sean felices, que disfruten, que se conozcan a sí mismos y, sobre todo, que se lo pasen bien.