Secuelas psicológicas como depresión, angustia, tentativas suicidas entre otras las sufren la mitad de los afectados de accidentes de tráfico graves, tanto familiares como víctimas.
Lo más usual es pensar en las secuelas físicas de las víctimas, lesiones físicas de larga curación, lesiones cerebrales, paraplejias, tetraplejias, para los cuales se requieren muchos meses de rehabilitación, pero nadie habla del sufrimiento silencioso, el de los traumas psicológicos de las víctimas por accidentes de circulación, el que no se ve pero cuyas repercusiones duran años en curarse.
El 50% de los afectados han seguido tratamiento psicológico, el 31,1% padecen depresión aguda, en relación con el 8% de la población general.
El 33% ha sufrido angustia, frente al 2,5% de la población; un 43,8% soportan trastornos de la conducta alimentaria, respecto al 5% de la población; y el 16.7% viven la separación de su pareja frente al 2,5% de la población general.