El masaje no es recomendable en todos los casos.
Si estamos sufriendo una enfermedad aguda, aunque no sea grave, debemos esperar a recuperarnos, tanto por nuestra salud como por el riesgo de contagio.
Un ejemplo sería cuando padecemos infecciones o inflamaciones repentinas, como pueden ser gripes o gastroenteritis, por ejemplo.
En especial, nos referimos a afecciones que conllevan fiebres, congestión, vómitos o diarreas.
En estos casos, el cuerpo requiere más reposo que manipulación, además de que será difícil que consigamos relajarnos en ese estado.
El masaje terapéutico está contraindicado en caso de sufrir cualquier enfermedad relacionada con hemorragias, más allá del tamaño o la causa de estas.
Pueden ser hemorragias pequeñas, conocidas como petequias, o bien hematomas.
En cualquier caso, tanto si son externas como internas, nos abstendremos de la terapia.
Se recomienda esperar a que finalice, o al menos evitar los días de máximo sangrado, en especial cuando se manipulan las extremidades inferiores.
Desde el momento que la mujer descubre que está embarazada debe conocer todo aquello que debe evitar durante la gestación.
Entre las contraindicaciones, destacamos también la del masaje, el cual podría poner en riesgo la salud del feto.
Algunos especialistas son más permisivos y solo recomiendan evitar la zona del vientre y las lumbares.
En cambio, sí destacan los beneficios relajantes de masajear las piernas, las caderas o los hombros.