El masaje sueco es una de las formas más conocidas y practicadas de terapia de masaje.
Utiliza una serie de movimientos largos, suaves y amasados, junto con movimientos circulares sobre los músculos superficiales, usando aceite o loción de masaje para reducir la fricción sobre la piel.
Este tipo de masaje ayuda a calentar y relajar los músculos tensos y puede ser particularmente beneficioso para aliviar el dolor muscular generalizado.
Además, mejora la circulación sanguínea, lo que es crucial para la recuperación muscular y la eliminación de toxinas.
El masaje de tejido profundo se centra en realinear capas más profundas de músculos y tejidos conectivos, utilizando movimientos más intensos y presión firme.
Es ideal para liberar tensiones crónicas y nodos musculares, especialmente en las áreas de la espalda baja y alta.
El masaje deportivo se adapta específicamente a las necesidades de los deportistas.
Incluye técnicas que se aplican a un ritmo más rápido y se concentran en áreas específicas para mejorar el rendimiento y la recuperación.
Este tipo de masaje no solo ayuda a prevenir y tratar lesiones, sino que también mejora la flexibilidad y reduce la fatiga muscular.
Es particularmente útil para aquellos que sufren sobrecarga muscular debido a actividades físicas repetitivas.