Tener una buena postura será necesario para evitar molestias, dolores e incluso patologías que requieran cirugía.
La mayoría de las personas que tienen alguna lesión por mala postura y no tienen la oportunidad de acudir a un fisioterapeuta o servicio profesional optan por medicamentos para aliviar los dolores, pero la mejor opción es ponernos en manos de profesionales que nos hagan una buena valoración postural y nos den un tratamiento individualizado.
Tenemos un punto imaginario llamado centro de gravedad cerca de las últimas vértebras lumbares y primeras vértebras sacras; cuando ese punto se modifica al cambiar de posición, los músculos empiezan a compensar esta postura, si éstos no tienen la fuerza o laxitud necesaria van a predominar unos músculos sobre otros, dando como resultado una alteración postural.
Nuestros músculos tendrán diferentes adaptaciones en función de la actividad que realicemos; el abdomen y los músculos posteriores de la espalda juegan un papel muy importante para mantener la postura erguida, cuando están débiles pueden provocar desequilibrios musculares y posturas anormales que pueden ser causa de dolor, principalmente en el cuello, en la espalda media y baja, en los hombros, caderas, rodillas y tobillos.
Las causas y factores de riesgo de una mala postura son variados, van desde factores funcionales, alteraciones estructurales, enfermedades degenerativas y factores emocionales.
Al trabajar sentados podemos hacer adaptaciones a la silla que nos permitan tener la espalda recta, una alineación de 90º en la cadera; debemos evitar llevar los hombros hacia adelante y el cuello no debe de estar proyectado hacia atrás ni hacia adelante; se deben usar unos adaptadores para las muñecas que nos ayuden a mantenerlas en posición neutra.
También, podemos realizar estiramientos de los músculos de la muñeca, del tronco y del cuello antes y después de la jornada laboral con una duración de 10 a 15 segundos, a tolerancia y de manera progresiva.
El automasaje en los músculos del antebrazo de cinco a 10 minutos nos puede ayudar a disminuir la tensión muscular, prevenir lesiones y mejorar la movilidad.