Principales lesiones en rodillas
Algunas de las principales lesiones que afectan a la articulación de las rodillas son:
Esguince de ligamentos: Las torceduras excesivas pueden estirar o desgarrar los ligamentos que estabilizan la rodilla, como el ligamento cruzado anterior (LCA) o el ligamento colateral medial (LCM).
Lesiones meniscales: Los meniscos son almohadillas de cartílago en la rodilla que pueden dañarse debido a movimientos bruscos o torsiones, causando dolor y limitando la movilidad.
Lesiones de la rótula: Problemas con la rótula, como la subluxación o la luxación, pueden causar dolor y dificultad para doblar la rodilla.
Tendinitis: La inflamación de los tendones alrededor de la rodilla puede surgir debido a un uso excesivo o movimientos repetitivos.
Condromalacia rotuliana: Desgaste del cartílago en la parte posterior de la rótula, comúnmente causado por desalineación de la rótula.
Causas más habituales de lesiones en rodillas
Las causas más habituales de lesiones en las rodillas son:
Sobrecarga o uso incorrecto: por actividades intensas o una técnica inadecuada al correr, saltar o levantar pesos.
Lesiones traumáticas: provocadas por accidentes, caídas o colisiones, que afectan directamente a la rodilla.
Envejecimiento y desgaste: con el tiempo, el desgaste natural de las articulaciones puede llevar a la degeneración del cartílago y los ligamentos.
Problemas anatómicos: generados por factores genéticos que predisponen a ciertos individuos a ciertas lesiones.
Estiramientos de cuádriceps: ayudan a mejorar la flexibilidad y reducir la tensión en la rodilla.
Elevación de la pierna recta: fortalece los músculos alrededor de la rodilla, sin cargarla.
Ejercicios de rango de movimiento: movimientos suaves para mejorar la flexión y la extensión de la rodilla.
Fortalecimiento de isquiotibiales: contribuye a mantener el equilibrio muscular en la rodilla.
Ejercicios de bicicleta estacionaria: proporciona un ejercicio cardiovascular suave, sin impacto.
Caminata en aguas profundas: la resistencia del agua ayuda en el fortalecimiento, sin poner mucha presión en la rodilla.
Fortalecimiento de abductores y aductores: equilibra los músculos que rodean la articulación de la rodilla.
Elevación de talones sentado: fortalece los músculos de la pantorrilla, ayudando en la estabilización de la rodilla.
Yoga o pilates suaves: mejoran la flexibilidad y el equilibrio, fundamentales para la rehabilitación.
Ejercicios de equilibrio: ayudan a fortalecer los músculos estabilizadores y mejorar la coordinación.