Un traumatismo es una lesión producida porque nos golpeamos con algo duro, por ejemplo, al caer al suelo, o por las escaleras. Ese golpe daña la piel y los tejidos situados por debajo de ella. Así con frecuencia rompe los vasos, que sangran y tenemos hematomas o moratones, otras veces rompe o fractura los huesos, o desvía alguno de los que forman una articulación, lo que llamamos luxación de la misma, o incluso rompe la piel dejando al descubierto lo que hay debajo, y que llamamos herida, que puede complicarse porque con frecuencia sangramos o luego al estar en contacto o con el ambiente puede llenarse de bacterias, es decir se infecta. A veces no hay una lesión aparente pero el golpe ha dañado estructuras profundas, por ejemplo, en la cabeza y esa situación que llamamos contusión puede hacer que perdamos el conocimiento, caemos knock out (KO) o que se dañen zonas importantes de nuestro cerebro. Con la edad es frecuente que las personas tiendan a perder el equilibrio y es más fácil que se caigan.