La fractura de cadera es una de las patologías más frecuentes en los adultos mayores, sobre todo en las mujeres. La fractura suele deberse a caídas debidas a la falta de agilidad o equilibrio; esto, sumado a la falta de reflejos o poca velocidad de reacción para frenar la caída con los brazos y a la osteoporosis típica de esta edad, hace de los adultos mayores los perfectos candidatos para sufrirla. Esta fractura suele requerir una intervención quirúrgica: el único tratamiento definitivo para poder mejorarla. Dependiendo de los daños que se hayan producido se puede optar por colocar una prótesis o por fijar las piezas que se hayan desplazado mediante placas y clavos, con el fin siempre de dar una mayor calidad de vida al paciente. La recuperación y rehabilitación es muy importante después de una intervención quirúrgica tras una fractura de cadera: la movilización de la zona de forma precoz es importante para poder conservar la mayor movilidad posible de la articulación. Después de la intervención es muy importante realizar la rehabilitación necesaria en el hospital, guiada siempre por profesionales de la salud. Esta suele durar unos cinco o diez días, que es el tiempo que el paciente pasa en el hospital. Durante este tiempo lo que se hace es movilizar la zona que ha sido afectada y aprender a moverse sin dolor. Deemos ser conscientes de que si el paciente ha recibido una prótesis de cadera, esta no suele tener la misma movilidad que una cadera normal, por lo que la amplitud de los movimientos puede verse afectada. Después de una intervención quirúrgica por fractura de cadera es muy importante continuar la rehabilitación para recuperar el mayor rango de movilidad de la articulación posible. Es muy importante que sigamos las instrucciones que los fisioterapeutas nos den, procediendo a mantenernos activos. Los primeros días después de la intervención, el paciente debe usar un andador de cuatro apoyos, ya sea con o sin ruedas, para poder desplazarse. Quince días después el paciente pasará a utilizar dos bastones ingleses, uno en cada brazo, que le permitirán apoyar en ellos parte de su peso y moverse con mayor facilidad. Quince días más tarde se pasa a utilizar solamente un bastón inglés, que se coloca en el mismo lado en el que hemos sido intervenidos para no cargar todo el peso sobre la zona de la articulación afectada.