La mayoría de las fracturas de cadera requieren cirugía. Tras la operación, lo habitual es que el paciente pase entre 4 y 7 días en el hospital. Los fisioterapeutas trabajan desde el primer día con ejercicios de respiración, movilidad de las extremidades superiores e inferiores y enseñamos a utilizar ayudas técnicas básicas como el andador o las muletas. En esta etapa, que suele durar entre 4 y 6 semanas, el foco está en recuperar movilidad sin forzar demasiado. A partir de los dos meses, según el tipo de fractura y el estado general del paciente, se empieza a reducir el uso del andador y se trabaja con bastón. Pasados tres meses, si la rehabilitación ha sido constante, la mayoría de los pacientes pueden caminar sin andador, aunque quizás con bastón para trayectos largos. La fisioterapia sigue siendo clave para evitar desequilibrios o rigideces, y muchos pacientes siguen utilizando alzas en los zapatos si hay diferencias en la longitud de las piernas tras la fractura.