La electroestimulación se realiza porque mejora el dolor, aumenta el riego sanguíneo, produce estimulación que mejora la conducción nerviosa en casos de parálisis, produce una conservación de la masa muscular, además de producir un aumento de esta y eliminar la tensión muscular.
La electroestimulación está indicada para aquellas personas que presentan contracciones musculares en cualquier zona, con especial referencia a las de nivel paravertebral, que se contracturan en gran medida con la vida diaria.
Se puede usar también para el tratamiento del dolor crónico.
Puede usarse sobre zonas inflamadas, ya que regula el proceso inflamatorio y la activación microvascular, lo que se traduce en una limpieza de los detritus, de la zona.
La electroestimulación consiste en hacer llegar a los músculos o los nervios, pequeñas corrientes eléctricas que parten de almohadillas colocadas sobre la piel, las cuales se hallan conectadas a un sistema de baterías, y que en algunos casos tienen adaptadores que se conectan a la corriente eléctrica.
Dichas corrientes eléctricas se transmiten a la zona que se va a tratar través de electrodos.
La electroestimulación es la técnica de fisioterapia destinada a mejorar lesiones a través de corrientes eléctricas.