Si existe mucho dolor y disfunción, las sesiones podrán realizarse más próximas, pero dando siempre espacio a la recuperación y asimilación por parte de los sistemas del paciente, de todos los cambios que vamos introduciendo a nivel fisiológico y / o mecánico. Así pues, bajo esas circunstancias, sesiones cada 3 ó 4 días puede ser una buena opción, encomendando al paciente medidas a adoptar de forma domiciliaria para los días entre sesiones. Si no existe dolor, pero hay limitación o alteración de la función, la terapia se basará muy probablemente en cinesiterapia autoadministrada, con un apoyo del fisioterapeuta de forma puntual, al menos, una vez cada 7 días. En pacientes con poca limitación, las sesiones pueden espaciarse varias semanas, pero se les incrementará la carga de trabajo domiciliario, y en aquellos que hayan estado sintomáticos a consecuencia de un problema de disfunción cráneomandibular, pero hayan evolucionado satisfactoriamente, una revisión cada 2 a 4 meses es suficiente para evaluar su estado y ajustar la terapia domiciliaria si fuera preciso.