La importancia del enfriamiento activo después de entrenar radica en que ayuda a nuestro cuerpo a recuperarse tras la fatiga causada por el entrenamiento.
Terminar el entrenamiento de alta intensidad de forma radical, puede tener grandes efectos negativos sobre nuestro cuerpo y estado físico, afectándonos a la larga como deportistas.
Lo que los americanos acuñaron como cold down, o vuelta a la calma, no es más que todas aquellas acciones que realizamos tras el entrenamiento para ir disminuyendo de forma progresiva el ritmo cardiaco, la temperatura corporal y la lenta bajada de tono muscular, a fin de restablecer los valores iniciales antes del entrenamiento.
Para conseguir este enfriamiento y a la vez evitar lesiones debemos realizar una sesión de estiramientos, similar a la que hicimos al comienzo.
Aspectos negativos de no realizar un enfriamiento activo.
No conseguiremos una relajación física ni mental.
Podemos marearnos o sufrir confusión al no transportar nuestra sangre con suficiente oxígeno a nuestro cerebro y otros órganos vitales.
Mayor riesgo de sufrir lesiones deportivas o sobrecarga muscular, ya que no se relaja la musculatura ejercitada.
Un endurecimiento y acortamiento de la musculatura ejercitada en la parte principal.
Nuestro ritmo cardíaco y respiración vuelven a su ritmo normal de forma gradual.
Reducción de los efectos post-ejercicio como rigidez muscular, espasmos y calambres.
Mantendremos nuestra flexibilidad y rango de movimiento intactos.
Este enfriamiento activo ha de conseguir en una primera fase, una disminución progresiva de la frecuencia cardiaca y agitación pulmonar, y en una segunda fase, una reducción del tono muscular que facilite su relajación.