Realizar ejercicio está encaminada a reforzar la musculatura lumbar y abdominal.
Tratar de mantenerse activo, evitar el reposo absoluto y hacer ejercicios sencillos, tanto en casa, siguiendo unas tablas sencillas de ejercicios como en el gimnasio, realizando actividades como Pilates, Yoga, Tai Chi, Aquagym, etc., en función de la tolerancia.
La intensidad y la frecuencia va a depender del tipo de ejercicio que se haga.
De igual forma que se recomienda actividad física constante para evitar el mayor riesgo de aparición de este tipo de dolores, también entra en juego la alimentación y el estilo de vida: dejar de fumar, evitar la ingesta de alcohol, etc.
Los malos hábitos pueden repercutir en una inflamación abdominal y, como consecuencia, generar más dolor.
Usar calzado adecuado
El dolor lumbar puede estar influido por la pisada al caminar y el tipo de calzado que utilicemos.
Se recomienda evitar tacones altos.
En ocasiones puede ser necesario un estudio de la marcha para el diseño de plantillas adaptadas que estabilicen o corrijan a las alteraciones que presenten los pies.
Aprender cuidados posturales correctos
Y la última recomendación se basa en realizar prácticas correctas para mejorar y sobre todo, aprender que una buena postura ayuda a prevenir y tratar este tipo de problemas.
El respaldo del asiento del coche debe tener contacto total con tu espalda.
La mesa de trabajo y la pantalla del ordenador, deben de tener una altura adecuada con silla que apoye la parte baja de la espalda y puedas reclinarte.
Los pies deben estar apoyados.
Al recoger objetos del suelo, dobla tus rodillas y acércate al suelo.
No levantes objetos pesados flexionando la espalda
Si vas a permanecer mucho tiempo de pie, estático (ejemplo: al planchar) apoya una pierna sobre un pequeño taburete.
En trabajos sedentarios, cuida la postura y cambia con frecuencia de posición.