Para evitar el dolor de espalda y cualquier molestia asociada, es importante que seas consciente de cuáles son las posturas más perjudiciales para tu columna y seguir lo que los especialistas llaman una buena higiene postural. Son muchos los hábitos que debes empezar a seguir para minimizar el impacto de la actividad diaria sobre tu espalda. Pero sin duda, lo primero que debes hacer es ser consciente de la importancia de seguir una correcta higiene postural en todo momento.
Si permaneces sentado durante mucho tiempo, busca un asiento cómodo, preferiblemente con apoyo para la cabeza. Mantén la espalda erguida, completamente apoyada en el respaldo y las rodillas en ángulo recto con las caderas. Si trabajas levantando peso, dobla tus rodillas para sujetarlo, no curves la columna y mantén la espalda recta al levantarte. Al acostarte, las mejores posturas son las que te permiten mantener la columna como si estuvieses de pie.
Se recomienda adoptar posición fetal, de lado y con las rodillas dobladas, o decúbito supino, también con las rodillas flexionadas y con una almohada o cojín entre ellas. El colchón y el somier deben ser firmes y rectos, pero no demasiado duros. Intenta también usar un calzado apropiado, y realizar ejercicios como el yoga o pilates que te ayuden a reforzar la musculatura de tu espalda para así evitar lesiones importantes.